Cada año mueren miles de personas en las rutas migratorias. No es fácil conocer el número exacto de personas que desaparecen. La mayoría de ellas mueren en rutas apartadas, se ahogan en el mar y nadie encuentra sus cuerpos. A veces, los testigos de una desaparición no la denuncian porque temen por su situación irregular. Por eso, es tan difícil cuantificar el número de personas que fallecen.
Aun así, algunas organizaciones tratan de documentar todas las desapariciones posibles. Una de ellas es la Organización Internacional de Migraciones (OIM). En 2021, registró 161 migrantes desaparecidos en la ruta que atraviesa el desierto y 1.109 en la ruta Atlántica hacia Canarias. La OIM señala que estas cifras son una estimación mínima del número real de vidas perdidas durante la migración.
En España, a pesar de que cada año mueren miles de personas, no existe una institución que se encargue de investigar e identificar a las personas migrantes desaparecidas o fallecidas. Como consecuencia de ello las familias encuentran grandes dificultades burocráticas para saber si su hija, hijo, hermana o padre han muerto durante la travesía.
Desde 2019 a 2022 nueve personas han muerto en la ruta que une Irun con Francia.