Saida es una joven de 22 años que ha nacido en Costa de Marfil. En su país estudió Logística en la Universidad. Tiene un hermano en Burdeos al que no ve desde 2006. Él le ha dicho que las oportunidades en Francia son mejores que en Costa de Marfil. La madre de Saida le ha animado a marcharse, por eso ha viajado en avión hasta Marruecos.

En Marruecos ha trabajado en una fábrica de pescado. La temperatura extrema de la calle chocaba con el frío glacial que hacía dentro de la fábrica. Allí se trabaja tiritando porque las sardinas, la caballa y las anchoas han de estar bien refrigeradas y Saida tenía que cubrirlas con hielo. Así pasaba su jornada laboral: echando kilos y kilos de hielo. A esas fábricas, la gente las llama "frigo". Nueve meses después reunió el dinero para el pasaje, se subió a una patera junto a otras sesenta y una personas. Tardaron dos días en alcanzar Canarias.

Tras un mes en las Islas, viajó a Bilbao. Después se subió en un autobús que la ha llevado hasta Irun. Ahora se sienta en una de las sillas plegables que Irungo Harrera Sarea ha colocado en la plaza San Juan de Irun.

Saida quiere llegar a Burdeos, reencontrarse con su hermano, trabajar y tener una vida digna.